Casa della Musica, Sala dei Concerti. Parma (Italia)
Viernes 3 diciembre 2021. 20:00h
Labirinti Sonori es un proyecto internacional que nace de colaboración entre varias instituciones de Parma: el “Arrigo Boito “, el Municipio de Parma (Casa de la Música) y la Universidad de Parma (Departamento de Ingeniería Industrial y Área de Musicología). Se ofrecen conferencias, masterclasses, seminarios, conciertos y actividades. pedagogías llevadas a cabo por expertos y docentes nacionales e internacionales cuyo centro de gravedad es la relación entre la investigación sólida y la creación música y nuevas tecnologías. Aunque todas las actividades planificadas son dirigido a alumnos del Conservatorio, muchos de ellos están abiertos a público de forma gratuita.
Programa
Labirinti dell’immaginazione
Achim Bornhoeft (1966) – AB97 Nodes (2021) * – fl, cl, pn, vn, vc, electr.
Fabrizio Fanticini (1955) – Nagran (2021) * – fl, cl, pn, vn, vc
Elena Mendoza (1973) – De dentro afuera (2016) – vl, vc, pn
Andrea Saba (1964) – Albolea (2021) * – fl, cl, pn, vn, vc
Fabien Levy (1968) – Soliloque sur Achim, Fabrizio, Elena & Andrea (2021) – Commentaries from a computer about a misunderstood concert – Electr.
* Estreno absoluto
– Intérpretes
Luis Orden, flauta
Antonio Salguero, clarinete
Ignacio Torner, piano
Alejandro Tuñón, violín
María del Carmen Coronado, violonchelo
Técnicos de sonido:
Gianluca Aresu e Francesco Claudio Marai
(Scuola di Musica Elettronica del Conservatorio “Arrigo Boito” di Parma, Prof. Javier Torres Maldonado)
Notas al programa
Achim Bornhoeft (1966): AB97 – Nodes (2021), para flauta, clarinete, piano, violín y violonchelo
La pieza Nodos para flauta, clarinete en si bemol, piano, violín y violonchelo (2021) se centra en la construcción musical del espacio desde perspectivas diferentes. Tanto el espacio paramétrico como el espacio acústico son medido desde el punto de vista compositivo. En el proceso, el espacio musical es predefinidos tanto en términos de longitudes como de alturas (similar a la arquitectura de edificios) e hizo el requisito previo de Nodos. Además, la electrónica en vivo crea un espacio musical flexible en forma de combinaciones de sonidos resultantes de los intervalos de dos instrumentos vecinos.
Fabrizio Fanticini (1955): Nagran (2021), para flautín, clarinete bajo, violín, violonchelo y piano
Quizás, hasta ahora, sea mi composición más íntima. De una sola fuente surgen sombras generativas, lejanas de mi memoria sonora, ecos y obsesiones que contrastan al comunicarse entre sí en una trama densa contrapunto, como en la sucesión temporal de la forma. Ciertamente así es desde el contrapunto de diferentes fenómenos sonoros, incluso opuestos, que se genera una comunicación íntima entre yo y yo. Nagran es música escrita para una fuerte necesidad subjetiva como un reflejo especulativo y no como producto de estética epidérmica, que, si logrará resonar actuando sobre la individualidad del oyente, sin acariciar sus oídos, sino a través de contrastes entre opuestos expresivos que generan resonancias tan únicos como íntimos, habrán alcanzado una función comunicativa. Esta la composición está dedicada al conjunto Taller Sonoro.
Elena Mendoza (1973): De dentro afuera (2016), para violín, violonchelo y piano
En De inside afuera (de adentro hacia afuera), encargado por el Trío Arbós con el patrocinado por la Fundación Ernst von Siemens y basado en ritmos y sonidos inspirada en el flamenco, Elena Mendoza captura el gusto por las sutilezas tímbricas, por el carácter percusivo del sonido que ella convierte en bulería y que fluye eufórico hacia el final.
Andrea Saba (1964): Albonea * (2021), para flauta, clarinete, piano, violín y violonchelo
Albonea es el título del vals, grabado en un raro disco que colecciona reproducciones en piano de rodillos de principios del siglo XX, que es la base de este Procesando. Esta grabación atestigua la presencia de adaptaciones de temas de los bailarines suaves boloñeses (un género conocido como La Filuzzi e inicialmente destinado a la danza de pareja masculina en contextos típicos popular) a la sala de estar y situaciones de la pequeña burguesía, por lo tanto, en una versión para piano, reemplazando el acordeón, y con tempos más cercanos a los del vals lento que en los tiempos estándar de la música de Filuzzi. Atribuible a Arcibaldo Selleri, músico aficionado activo en Bolonia en el primer maestro del siglo pasado y autor de conocidas danzas filuzianas.
